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Donald Trump en las elecciones presidenciales de EE.UU. 2024

Con su tercera candidatura presidencial, Donald Trump enfrenta nuevamente una contienda marcada por profundas divisiones dentro del electorado de EE.UU. Esta vez, su rival es Kamala Harris, la actual vicepresidenta, quien representa una alternativa más inclusiva y enfocada en la equidad de género y diversidad racial. La elección de 2024 no sólo pone en juego el liderazgo del país, sino que también revela contrastes profundos en valores, creencias y aspiraciones dentro de los votantes estadounidenses.

Los datos de encuestas y análisis del Pew Research Center subrayan que el respaldo a Trump está concentrado principalmente en grupos específicos, como los hombres blancos y los cristianos evangélicos, mientras que Harris cuenta con mayor aceptación entre mujeres, minorías étnicas y personas con educación superior. La división es clara: Trump ha captado tradicionalmente el voto de hombres con menor nivel educativo, mientras que Harris se apoya en un electorado más diverso en términos de género y nivel educativo.

El respaldo entre los hombres blancos y el modelo de masculinidad de Trump

Uno de los factores distintivos del apoyo a Trump es su popularidad entre los hombres blancos sin estudios universitarios. Según el Pew Research Center, en las elecciones de 2016, Trump obtuvo el 52% de los votos masculinos frente al 41% de su rival Hillary Clinton. Esta ventaja fue aún mayor entre los hombres blancos, donde la diferencia alcanzó un 62% a 32%, mostrando un patrón que se mantuvo en 2020 frente a Joe Biden y que parece repetirse en la actual contienda.

Trump ha proyectado consistentemente una imagen de “macho protector”, posicionándose como defensor de los valores tradicionales y promotor de una masculinidad fuerte, lo que ha resonado entre los votantes conservadores. Sus comentarios y estilo directo han reforzado esta imagen, presentándolo como un líder dispuesto a desafiar lo políticamente correcto en defensa de sus principios. Esto ha consolidado su base de apoyo entre aquellos que valoran una imagen de masculinidad “fuerte”, aunque ha alienado a sectores que ven en su comportamiento una amenaza al respeto y la equidad.

Religión y política: el apoyo de los evangélicos a Trump

La alianza de Trump con los cristianos evangélicos ha sido uno de los pilares de su respaldo político. A pesar de su vida personal y conducta polémica, el 82% de los blancos protestantes evangélicos respaldan su candidatura, motivados principalmente por su postura contra el aborto y la promesa de nombrar jueces conservadores en la Corte Suprema. Estos votantes consideran que Trump es un “protector” de sus valores y se identifican con su oposición al avance de políticas liberales.

El Pew Research Center también destaca que muchos de estos nuevos evangélicos no son necesariamente religiosos en el sentido tradicional, sino que han adoptado la identidad evangélica como una posición política. Este fenómeno sugiere que el apoyo a Trump en estos grupos es tanto un reflejo de su alineación ideológica como de una identidad cultural en defensa de un estilo de vida conservador.

Diferencias de género en el electorado y el modelo de masculinidad de Harris

En contraste, Kamala Harris representa un modelo de liderazgo que incluye la participación de hombres colaborativos, como su compañero de fórmula Tim Walz y su esposo Doug Emhoff, quienes apoyan a Harris sin eclipsar su papel central. Este modelo desafía la idea de masculinidad dominante que promueve Trump, y ha ganado apoyo en sectores que valoran la igualdad de género y la inclusión. La figura de Harris y su equipo envía un mensaje de masculinidad que apoya la equidad y la colaboración, sin necesidad de encarnar la dureza que Trump asocia con el liderazgo.

Análisis de opinión sobre la masculinidad y las expectativas hacia las mujeres en política

Los estudios de opinión realizados por el Pew Research Center revelan opiniones polarizadas sobre la figura del hombre y la masculinidad en EE.UU. Solo los hombres republicanos consideran en su mayoría que los “hombres fuertes” están mal vistos en el país, mientras que los demócratas y las mujeres en general no comparten esta perspectiva. Otro hallazgo es que el 60% de los encuestados cree que se valora poco a los hombres que muestran empatía y emociones, un punto de vista más común entre demócratas.

En cuanto a la representación femenina en política, el análisis muestra que las mujeres y los demócratas consideran insuficiente el número de mujeres en altos cargos, mientras que los republicanos, especialmente los hombres, creen que el número es adecuado. Las mujeres políticas enfrentan aún mayores retos que los hombres para ser vistas como competentes sin perder simpatía, un balance que Harris y otras figuras demócratas intentan lograr en un entorno de alta exigencia.

Conclusiones y el impacto del voto evangélico y de las minorías

La contienda entre Trump y Harris refleja no solo una diferencia política, sino también un choque de valores y visiones sobre el papel del género, la religión y la identidad en la política estadounidense. Mientras Trump mantiene el apoyo sólido entre los cristianos evangélicos blancos y un sector de votantes masculinos, Harris se posiciona mejor entre minorías, mujeres y grupos que promueven un modelo de liderazgo más inclusivo.

A medida que la campaña avanza hacia noviembre de 2024, la polarización es un factor que preocupa a los analistas, quienes temen una radicalización aún mayor del electorado. En el contexto de un país dividido y con tensiones sociales, las elecciones de este año se perfilan como una prueba no solo para los candidatos, sino para el tejido social y político de EE.UU.

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