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En un avance significativo hacia la justicia ambiental y económica, los delegados de la COP16, celebrada en Cali, han acordado la creación del “Fondo de Cali”, una iniciativa destinada a distribuir de manera equitativa los beneficios obtenidos de la secuenciación genética de especies animales y vegetales. Esta decisión marca un hito al reconocer los derechos de las comunidades indígenas y locales, quienes han sido guardianes de estos recursos naturales desde hace generaciones.

Un Fondo para el Futuro

El “Fondo de Cali” tiene como objetivo corregir un desequilibrio histórico en el uso de datos de secuenciación genética, comúnmente conocida como DSI (por sus siglas en inglés). Estos datos, originados en su mayoría en países en vías de desarrollo, son ampliamente utilizados en sectores como la farmacéutica y la cosmética, generando enormes beneficios comerciales que, hasta ahora, rara vez han llegado a las comunidades que descubrieron y preservaron dichas especies.

El acuerdo alcanzado establece que las empresas que se beneficien de la DSI deben contribuir con una parte de sus ingresos al Fondo. Las contribuciones varían, pero en general, quienes obtengan más de un umbral específico, deberán aportar un porcentaje de los beneficios. Este fondo representa una gran esperanza para las comunidades, quienes finalmente serán partícipes de los ingresos generados gracias a su conocimiento y preservación de la biodiversidad.

Un Nuevo Papel para las Comunidades Indígenas

Por primera vez en la historia de las conferencias sobre biodiversidad, se ha creado un órgano permanente que da voz a los representantes indígenas en estas negociaciones internacionales. Las comunidades locales son reconocidas como protectores de la naturaleza y agentes clave en la preservación de los ecosistemas. Este paso es un reconocimiento formal a sus derechos y, según observadores, tiene el potencial de transformar la forma en que se gestionan los recursos genéticos a nivel global.

Desafíos y Futuro en el Camino hacia la COP17

A pesar de estos avances, las discusiones sobre el financiamiento han revelado profundas divisiones entre países desarrollados y en vías de desarrollo. Las naciones del sur global, especialmente en África, exigen un nuevo modelo de financiamiento que permita el acceso efectivo a los fondos, argumentando que los mecanismos actuales son complejos y burocráticos. Sin embargo, las potencias occidentales prefieren evitar la creación de múltiples fondos, sugiriendo que el sector privado debería asumir una mayor responsabilidad en este aspecto.

Este acuerdo es una victoria parcial, pero los retos persisten. En la próxima COP17, que tendrá lugar en Armenia en 2026, los países deberán reportar sus avances hacia los objetivos de conservación acordados en la COP15 de Montreal. La credibilidad del “Fondo de Cali” y su impacto dependerán de la implementación efectiva de estos compromisos y del nivel de contribución de las grandes industrias.

Los páramos de Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela son esenciales para la biodiversidad y la calidad de vida de millones de personas. Conoce las acciones de CAF y Cumbres Blancas para su conservación y la creación de empleos verdes en comunidades locales.