En el corazón de Wyoming, la ciudad de Rock Springs es testigo de una crisis que ha dejado cicatrices profundas en su comunidad. Conocida por su impresionante geografía y cultura vaquera, Rock Springs también forma parte de lo que los expertos han denominado el “cinturón del suicidio”, una región que abarca ocho estados del oeste de los Estados Unidos, con las tasas de suicidio más altas del país. Sin embargo, esta ciudad ha decidido no permanecer en silencio.
Una lucha comunitaria por la vida
El alcalde de Rock Springs, Max Mickelson, ha impulsado una campaña en memoria de aquellos que han perdido la batalla contra la depresión y otros trastornos mentales. El mes de la prevención del suicidio en Rock Springs estuvo marcado por la colocación de carteles en los que se pueden leer mensajes como “Extrañando por siempre a nuestro dulce niño de ojos azules” o “Papá, extrañarte es una tristeza que nunca se va”. Estas palabras, aunque dolorosas, buscan visibilizar el impacto que el suicidio ha tenido en las familias locales y promover la conversación sobre salud mental.
“La realidad es que si vives en Wyoming, en algún momento te verás afectado por el suicidio; simplemente va a pasar”, explicó Mickelson. Esta frase refleja una realidad desgarradora para muchos habitantes de Rock Springs, que han perdido a seres queridos en esta lucha.
El impacto del “cinturón del suicidio” en Rock Springs
Rock Springs, ubicada en el condado de Sweetwater, ha registrado una de las tasas más altas de suicidio en Wyoming. Este estado lidera las estadísticas de suicidio en los EE. UU., y la región de las Montañas Rocosas, compuesta por Arizona, Colorado, Idaho, Montana, Nevada, Nuevo México, Utah y Wyoming, es un foco de atención para los expertos en salud mental. Los datos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) muestran que esta región tiene una de las tasas más altas del mundo.
Según la profesora Carolyn Pepper, de la Universidad de Wyoming, la cultura del honor y la independencia extrema en el oeste estadounidense contribuyen a este problema. Muchos hombres, especialmente, enfrentan una presión social para ser autosuficientes y evitar pedir ayuda, lo que puede llevar a una sensación de vergüenza y desesperación que termina en tragedia.
Historias de resiliencia y prevención
April Thompson, una residente de Rock Springs, compartió su dolorosa historia tras perder a su hijo, Joshua, a causa del suicidio. Joshua, un veterano del ejército, sufría de Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) después de su servicio en Irak. A pesar de encontrar una terapeuta que parecía entenderlo, sucumbió a la presión tras una pelea con su pareja. Para April, el duelo ha sido una batalla constante, pero también una fuente de fortaleza para ayudar a otros en situaciones similares.
Además de los esfuerzos individuales, la coalición de prevención del condado de Sweetwater trabaja incansablemente para generar conciencia. Con financiamiento federal, la coalición ha organizado talleres en escuelas, entrenamientos para la comunidad y eventos públicos. Este año, por primera vez, el alcalde organizó un calendario de actividades por el mes de la prevención del suicidio, algo que esperan se convierta en una tradición anual.
El acceso limitado a la atención mental
Una de las mayores barreras para combatir esta crisis es el acceso a la atención en salud mental. En Rock Springs, puede pasar hasta dos meses antes de que una persona en crisis consiga una cita con un profesional de salud mental. Este retraso, en una región donde las armas de fuego son comunes y las opciones de tratamiento son limitadas, puede ser fatal. De hecho, el suicidio por arma de fuego es el método más común entre los hombres de esta región.
“Es un problema social, no solo de salud mental”, comenta el experto Kent Corso. “Si seguimos pensando que solo los médicos pueden resolverlo, estamos cometiendo un error. Necesitamos que toda la sociedad se involucre en la solución”. En este sentido, iniciativas como el programa PROSPER, liderado por Corso, han ayudado a reducir la estigmatización del suicidio y han promovido el uso responsable de las armas de fuego en tiempos de crisis.
Una invitación a la esperanza
La comunidad de Rock Springs, aunque golpeada por la tragedia, no pierde la esperanza. La conversación sobre el suicidio es más abierta que nunca, y los esfuerzos locales para prevenirlo están comenzando a dar frutos. Para muchos, hablar del problema es el primer paso hacia la curación y la prevención.